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Qué es la aromaterapia

Planta de lavanda

La aromaterapia forma parte de la fitoterapia (uso de plantas medicinales como remedios naturales) sólo que se centra en el estudio de las plantas aromáticas y cómo sus aceites esenciales pueden ayudarnos en nuestro bienestar. Estudia los aceites esenciales, sus efectos y su uso terapéutico.

Los aceites esenciales son moléculas olorosas y volátiles que tienen las plantas aromáticas. Sí, cualquier planta aromática tiene aceites esenciales, el laurel que usas para cocinar tiene aceites esenciales, que son los que le dan precisamente ese olor tan rico y además tiene propiedades terapéuticas, en este caso funciona muy bien para las neuralgias.

 

Un poco de historia

 

Como muchas de las terapias naturales su uso se remonta a la antigüedad. En los jeroglíficos ya se puede ver cómo los antiguos egipcios usaban los aceites esenciales para tratar enfermedades, para dar masajes, para embalsamar a sus momias…

En la Grecia clásica se empezó a destilar la esencia de las plantas. Ya estudiaban los efectos de los aromas sobre el pensamiento, el sentimiento y la salud.

En la época romana se usaban las esencias para deleitarse con su olor, se usaban en masajes, en los baños termales…

Los árabes también le daban gran importancia a los perfumes y los aceites esenciales. Avicena fue el primero en destilar esencia de rosas, era necesario 1 kg de pétalos para obtener medio litro de esencia.

En la Edad Media se usó durante la peste negra un incienso de resina de pino, ciprés y cedro y los  perfumistas que lo hacían fueron inmunes a la plaga. Hoy se sabe que esas esencias tienen propiedades antibacterianas.

Los indígenas de América también usaban las esencias de las plantas para tratar enfermedades.

René Gattefossé, químico francés, en 1937 acuñó el término «aromatherapie». Tenía un laboratorio donde fabricaba aceites esenciales para perfumería, un día se quemó mientras trabajaba y echó aceite esencial de lavanda en la quemadura que le alivió el dolor y le ayudó a cicatrizar rápidamente.

Hoy en día sucede lo mismo que con la fitoterapia, los avances tecnológicos y científicos han ayudado a demostrar en laboratorio los efectos de los aceites esenciales que ya se suponían desde hace miles de años. Así nació la aromaterapia científica que estudia la actividad de las moléculas bioquímicas de los aceites esenciales.

 

Cómo se extraen los aceites esenciales

 

Las dos técnicas  más comunes son:

  • Por destilación. En un alambique se pone agua, por encima se coloca la parte de la planta que tiene los aceites esenciales (flores, tallos, hojas) y se calienta el agua. El vapor va arrastrando las moléculas olorosas. Cuando el vapor de agua se enfría vuelve a convertirse en agua y esa agua tiene el aceite esencial, que al ser aceite queda en la superficie sin mezclarse. Entonces sólo queda retirar ese aceite y embotellarlo. El agua también se usa, es lo que se llama hidrolato.
  • Por presión en frío. Se usa para los cítricos. El limón, la naranja, la mandarina, la bergamota… tienen su esencia en la cáscara que es prensada para poder extraerlos.

Cómo se aplican

Vía tópica

Se pueden aplicar sobre la piel, nunca directamente, la mayoría de los aceites esenciales deben diluirse para que no nos irriten. Las proporciones varían dependiendo de la zona donde se quiere echar el aceite. Puede ir de un 1% o incluso menos hasta un 10%. La piel absorbe el aceite y pasa al cuerpo donde actúa. Puede aplicarse durante un masaje.

Inhalación

Puede actuar a través del sistema olfativo yendo directamente al cerebro donde provoca la liberación de determinados neurotransmisores que tienen diferentes efectos. Por ejemplo hay aceites con efectos antidepresivos, ansiolíticos, o estimulantes. Una forma de inhalarlos es mediante los difusores de aceites esenciales. Yo los utilizo, tanto en casa como en el trabajo.

Difusor de esencias

 

Vía oral

Los aceites esenciales también se pueden ingerir. Siempre diluidos, eso sí. Pueden echarse en leche o miel, nunca en agua porque el aceite y el agua no se mezclan. No todas las marcas de aceites esenciales son aptas para consumir de forma oral, en el envase tiene que venir indicado que se puede tomar y la dosis adecuada.

A la hora de comprar aceites tienes que tener en cuenta que no todo lo que venden como aceite esencial lo es. A veces no es fácil distinguirlo.

El precio puede ser una pista, si es muy barato lo más probable es que esté diluido en algún aceite vegetal. No es que el producto sea malo, pero no es un aceite esencial.

La marca también ayuda, hay marcas que son de confianza, que llevan años dedicándose a venderlos y sabes que son seguros y de calidad. Por ejemplo: Pranarom, Soria Natural, Terpenic, Eladiet…

Otra forma de saber que no te están engañando es comprando aceites esenciales quimiotipados (AEQT). Los aceites están compuestos por diferentes moléculas bioquímicas que deben ser analizadas detalladamente y deben venir indicadas en el envase para estar completamente seguro de lo que consumes.

Moléculas presentes en los aceites esenciales

Cetonas

Facilitan la secreción de moco y regeneran células y tejidos. En grandes cantidades pueden ser tóxicos pero aceites como el de eucalipto y de romero, que tienen unas cantidades moderadas, pueden ser muy beneficiosos.

Fenoles

Son antisépticos, antibacterianos y desinfectantes. Los aceites que tienen una alta concentración de fenoles deben utilizarse muy diluidos y durante poco tiempo. Algunos pueden ser muy irritantes para la piel y mucosas.

Aldehídos

Son antiinflamatorios, antifúngicos y desinfectantes.

Ésteres

Son sedantes, antimicrobianas y antiespasmódicos. Son suaves y no tienen efectos secundarios. Un aceite esencial que tiene ésteres es la lavanda y es uno de los pocos aceites esenciales que se puede usar sobre la piel sin diluir.

Éstas son sólo unas pocas moléculas que están presentes en los aceites esenciales. Hay más pero no pretendo aburrirte con lecciones de química, sólo quiero que sepas por qué se dice que los aceites esenciales tienen propiedades terapéuticas y que no es un invento de los aromaterapeutas u óleoterapeutas.

Los aceites esenciales durante el embarazo

El embarazo es una etapa delicada en la que hay que tener cuidado con muchas cosas: comida, ejercicio, medicamentos y también con los aceites esenciales. De hecho no se deben usar la mayoría de ellos. Como cualquier mujer que ha estado embarazada sabe que el primer trimestre es el más delicado y es mejor evitar los aceites esenciales, aunque sólo sea por precaución. Sí pueden usarse por difusión.

Por vía oral no se deben tomar ni en el embarazo, ni en la lactancia ni tampoco lo deben tomar niños menores de 7 años.

Así que sólo nos queda la vía tópica y la inhalación. Por vía tópica sólo se pueden usar diluidos y en este caso lo normal es que sea al 1%.

Hay moléculas que son perjudiciales tanto para la madre como para el feto porque pueden atravesar la placenta. Por eso en este caso es muy importante usar aceites quimiotipados para saber con certeza qué estamos usando.

Qué aceites esenciales no usar

Para no complicarte con largas listas de aceites que no debes usar te daré una regla sencilla para saber qué aceites están prohibidos:

Cuando el nombre de la molécula acaba en -ona:  verbenona, mentona…

Cuando termina en -al: citral, neral…

Y el alcanfor.

De ahí la importancia de que vengan quimiotipados, así puedes mirar su composición y saber si los puedes usar o no.

Qué aceites esenciales puedes usar

De todas formas te voy a hablar de 3 aceites esenciales que puedes usar sin problemas, no son los únicos.

  • Árbol del té (malaleuca alternifolia): Indicado para herpes, infecciones urinarias y ginecológicas, bronquitis, gripe, faringitis, laringitis. sinusitis…
  • Lavanda (lavándula angustifolia) quemaduras, heridas, eccemas, picores, psoriasis, ansiedad, estrés, hipertensión…
  • Limón (citrus limonum): náuseas, vómitos, digestiones lentas…

Recuerda que, aunque estos se pueden usar, debes hacerlo con precaución.

No debes ingerirlos.

Debes diluirlos al 1%

No utilices durante mucho tiempo (más de 15 días seguidos) el mismo aceite esencial.

No lo uses en el pecho durante la lactancia.

Los aceites esenciales pueden ayudarnos a mejorar nuestra salud y nuestro bienestar. Pero hay que saber usarlos por eso es mejor que te pongas en manos de un profesional.

Y recuerda, no hacen milagros, si te prometen curas milagrosas no te lo creas.

 

 

 

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