fbpx

Sobre mí

¿Quién soy?

Aquí estoy, delante del ordenador intentando escribir el apartado Sobre mí. Los expertos dicen que es muy importante, que así la gente te conoce y les das confianza. Sinceramente, me cuesta creer que alguien venga a darse un masaje por lo que yo pueda decir sobre mí, pero vamos allá.

¡Cómo me cuesta hablar de mí misma!. Me recuerda a mi época de citas y ligoteo cuando el chico de turno me decía: “cuéntame algo sobre ti”, ¿¿en serio?? ¿Así ligas? ¡Qué pereza!.

De entrada, me llamo Catalina, aunque me llaman Cati (sí con C e i latina) y la vida me ha hecho masajista.

Pero se supone que el sobre mí tiene que ser más personal.

Soy una persona tímida e introvertida (el lote completo) y me cuesta hablar de mí, por dos motivos, por pudor y porque, sinceramente, no creo que a nadie le interese lo que tenga que contar. Además soy el despiste personificado.

Pertenezco a esa generación de niños inmortales que jugaban en columpios y toboganes oxidados y en parques de tierra, piedras y barro. Sé lo que es un casete y para qué se usaba un boli. Mi tele tenía dos canales y tenía que levantarme para cambiarlos, también tuve un vídeo y mi primer ordenador fue un spectrum… Es decir ya tengo mis añitos.

Soy una persona tranquila, paciente (no sé si es una virtud o un defecto, a veces pienso que si no tuviera tanta paciencia no tendría que aguantar tanta tontería). Soy tolerante, me gusta escuchar (de verdad), empatizo, pero me desagradan los conflictos y no me gustan las discusiones.

Me gusta la Naturaleza ¿mar o montaña? me da igual, me preocupa el medio ambiente, adoro los animales. He tenido un perro, una cobaya, un hámster y ahora tengo una gatita maravillosa.

Nunca me han interesado los deportes ni el ejercicio, hasta que llegué a los 30 y me apunté en un gimnasio, resultado: me enganché. Al principio lo hacía por estar en forma y tener el tipo de cuerpo que me gusta, ahora lo hago por eso pero sobre todo por salud, es lo que me salva de no tomar antiinflamatorios toda mi vida.

Catalina haciendo senderismo. Parada en un camino en medio de un bosque
La Naturaleza me da tranquilidad y paz

¿Por qué masajista?

Pero hay algo que ha condicionado mi vida prácticamente desde mi juventud. Hay quien hereda millones de su familia, yo heredé una enfermedad degenerativa que afecta a la retina y que casi con certeza me dejará ciega.

No te cuento esto para tener tu compasión, a la gente no le suele gustar dar pena ni que le tengan compasión.

Pero soy como soy en parte por mi retinosis pigmentaria así que tengo que hablar de ello.

Tengo un canal en Youtube «Desde mi túnel» donde intento dar a conocer la baja visión, la retinosis, y los problemas que tenemos en el día a día las personas con discapacidad visual. Pásate por ahí si quieres saber más y comparte mis vídeos para que más gente nos conozca.

Y cuando digo que soy lo que soy en parte por mi discapacidad no exagero, me hice masajista porque es un trabajo que puedo hacer perfectamente aunque me quede ciega. Ahora no sé, pero antes en Japón los ciegos aprendían shiatsu. Pero antes de eso estudié Psicología por lo mismo, porque podía trabajar como psicóloga aunque perdiera la vista por completo, lo que no tuve en cuenta es que no iba a encontrar trabajo como psicóloga. Qué fallo.

Antes de terminar la carrera me fui a Francia, concretamente a París a trabajar como au pair (cuidando niños) para aprender francés. Nací allí pero me vine a España con 6 años y no recordaba nada. Fue una buena experiencia, con sus momentos difíciles pero de todo se aprende en esta vida.

Antes de ni siquiera sospechar que acabaría siendo masajista, trabajé en el Círculo de lectores, no de comercial, eso se me da fatal, recogía los pedidos, aconsejaba, llevaba los pedidos e…. intentaba cumplir objetivos.

Después me afilié a la ONCE y empecé a trabajar como monitora en los viajes de los jubilados. Eso para mí fue un antes y un después en muchos sentidos. Me ayudó a aceptar mi discapacidad y aprendí muchas cosas sobre mí, como que me encantaba ese trabajo y relacionarme con los “abueletes” (término absolutamente cariñoso).

De ahí acabé trabajando como auxiliar administrativa en una empresa que trabajaba para la administración pública. Grabando datos. Nada que ver, pero siempre saco cosas positivas de todo, y conocí gente estupenda y también aprendí que hay momentos en la vida en que un trabajo monótono te ayuda a centrarte en otras cosas interesantes. Ganaba dinero y tenía tiempo para hacer lo que me gustaba: ir al gimnasio, viajar, estar con mis amigos.

Pero se acabó el contrato, llegó la crisis de la burbuja inmobiliaria… ¿y ahora qué? De vuelta a hacer entrevistas de trabajo, a que me rechazaran una y otra vez. La retinosis estaba empeorando… Pues toca un cambio de rumbo.

Vocación tardía

Decidí hacerme masajista pero con la condición de abrir mi propio negocio al acabar el curso. Nada de procrastinar. Sorprendí a muchos, parecía una decisión precipitada y sin meditar, pero nada de eso. Llevaba tiempo dándole vueltas. Al igual que psicología podía hacerlo aunque me quedara ciega. Y resulta que me gustó, me gusta dar masajes, tratar con la gente y ayudarles a sentirse mejor.

Y después vino naturopatía, fitoterapia, aromaterapia, terapia craneosacral, masaje de tejidos profundos, cadenas musculares, kinesiotape, shiatsu craneofacial, tailandés, cosmética natural…

En los masajes uso las cremas que yo misma hago. Aconsejo sobre plantas medicinales, sobre estiramientos… No sólo doy masajes, aconsejo sobre qué hacer para no necesitar masajes. Puede no ser demasiado inteligente, pero me parece más importante dar el mejor servicio y ayudar en todo lo que pueda. Y la gente pasa de seguir consejos, prefieren los masajes.

Tengo otro canal en Youtube donde enseño todas estas cosas y mucho más: automasajes, estiramientos, cómo preparar cremas… Si es que no paro.

Estudiar, formarse constantemente, aprender, aprender y aprender.

Incluso he aprendido a diseñar páginas web para poder diseñar la mía, ¿te gusta?. Quién sabe quizás mi próxima profesión sea la de diseñadora de páginas web o copywriter, o haga cursos online. A saber.

Sí, también soy autodidacta (do it yourself es el término moderno, que no digan que soy una boomer) y adicta a adquirir más y más conocimientos. De pequeña me leía la enciclopedia, con eso te lo digo todo.

Y creo que este es el mejor retrato que he hecho de mí misma en toda mi vida. Disculpa si te he aburrido, bueno, si te he aburrido no has llegado hasta aquí así que no leerás mi disculpa, es lo que te pierdes.

Y si quieres saber algo más sobre mi tendrás que venir a darte un masajito.

Catalina con una cascada de fondo. Cerca de Santiago de Compostela
En la Naturaleza es donde recargo la energía.
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad